Defectos materiales. Si el semiconductor tiene defectos de fabricación, este será su punto débil. Se requieren materiales similares a los de la industria electrónica, pero una buena calidad requiere de instalaciones y procesos de fabricación complejos y caros...
Defectos estructurales. La mayoría de las lámparas LED fallan por una avería de la electrónica. En muchos casos es un fallo en las soldaduras por vibraciones o dilataciones térmicas.
Sobrecarga. Se produce cuando se recibe más potencia eléctrica de la máxima recomendada. Para evitarlo se usan circuitos de protección que regulan el voltaje máximo (como en un fusible). La mayoría de los sistemas de calidad están protegidos y tardan unos instantes en encenderse.
Sobrecalentamiento. Temperaturas elevadas del ambiente y del punto de
unión reducen la vida útil de forma drástica. Las lámparas LED tienen una vida mucho más corta en ambientes calurosos.
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