sábado, 28 de mayo de 2022

La iluminación y la seguridad

El control de la contaminación lumínica tiene que ver con una correcta iluminación; hay que iluminar de forma adecuada al entorno del que se trate, evitando el gasto innecesario y otras consecuencias.

¿Cuanta más luz, mejor?. La respuesta es NO.

Y es que la pupila del ojo se adapta mejor cuando el nivel de luz está en consonancia con el entorno. Un alumbrado intenso puede proporcionar una sensación subjetiva de seguridad, pero sobre todo se produce deslumbramiento cuando se pasa de una zona de sombra a otra con mucha luz. Cuando la luz deslumbra, no se ven los objetos o las personas menos iluminados.

A partir de determinado nivel de iluminación ambiental no hay ninguna ventaja que justifique gastar más energía en iluminar. Los niveles óptimos de iluminación según las zonas están bien estudiados y verificados.

En el caso de la seguridad vial, el exceso de iluminación produce la relajación de la alerta en la conducción lo que, junto a la fatiga visual, contribuye a incrementar las situaciones de riesgo y los accidentes.

Para ganar seguridad no se necesita más iluminación sino mejor visibilidad, y eso se consigue con una mayor uniformidad de la luz, evitando que haya zonas muy iluminadas junto a zonas de sombra.

La intrusión lumínica

La intrusión se produce cuando la luz del exterior invade el interior de las viviendas. A veces lo hace de forma directa y otras reflejada por el entorno.

Debe de evitarse, tanto porque es luz que ilumina más de lo que debería (se derrocha), como porque supone una intromisión en el derecho a tener el ambiente luminoso que uno desea.

El problema es aún mayor si se utilizan lámparas LED blancas, que tienen una alta proporción de luz azul encubierta; el esparcimiento es mayor y, por tanto, lo es su capacidad de intrusión.

Aquí van unos ejemplos cotidianos:

Tapando la ventana para poder dormir

 

 




Farolas esféricas iluminan toda la fachada. La luz pública debe de iluminar solo las zonas comunes



El foco (con mucho azul) ilumina casa y parcela, pero nos ilumina también a nosotros y al cielo.

 




 

miércoles, 25 de mayo de 2022

TARSIS, un instrumento único en Calar Alto para la próxima década

Tras la evaluación por parte del Comité Científico Asesor de Calar Alto de seis proyectos, y de superar la fase de viabilidad, el Comité Ejecutivo de Calar Alto ha seleccionado a TARSIS como el nuevo instrumento a desarrollar para el telescopio de 3.5 m.


En palabras de Jesús Aceituno, director del Centro Astronómico Hispano en Andalucía (CAHA), “estamos a punto de empezar una nueva fase que marcará el curso científico y tecnológico de Calar Alto en la próxima década".


TARSIS cubrirá un campo de visión amplio, con una alta sensibilidad desde el ultravioleta cercano (UV-A) hasta el rojo. Su diseño óptico está basado en espectroscopios en cuatro brazos (tres para el azul y uno para el rojo).


Con estas características y la calidad del cielo de Calar Alto, será un instrumento único que permitirá explorar desde tierra un rango espectral, el ultravioleta cercano, ahora solo alcanzable desde satélites.

Su desarrollo está codirigido por la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Participan las universidades de Almería, Granada y Sevilla, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de México, el socio industrial Fractal SLNE y el Centro de Astrobiología en Madrid.

domingo, 22 de mayo de 2022

El esparcimiento de la luz

La radiación electromagnética que ven nuestros ojos (la luz visible) corresponde al intervalo de longitudes de onda entre el azul-violeta y el rojo; entre 400 nm (nanómetros) y 750 nm.

Las moléculas de aire de la atmósfera esparcen la luz, pero la azul se esparce casi diez veces más que la roja; por eso vemos el cielo azul por el día.

La atmósfera sigue siendo igual de eficaz en esparcir la luz por la noche, porque las moléculas del aire siguen estando allí; podemos ver un tenue halo azulado alrededor de la Luna, y que la luz de las lámparas azules se esparce más que las de amarillas o rojas.

El esparcimiento, tanto por las moléculas de aire como por los aerosoles, es la causa de que se produzcan los enormes y brillantes halos alrededor de las ciudades o de sitios muy iluminados.

 


¿Qué es la contaminación lumínica?

La contaminación lumínica se produce por la emisión de luz nocturna con intensidad, dirección, horario o color inadecuados para el fin que se persigue.

Y es contaminación porque: tiene origen artificial, irrumpe en el medio en cantidad muy superior a la natural (la de la Luna), y puede producir daños (como veremos).

Ha costado mucho entender y tomar medidas para corregir otras formas de contaminación. Sin embargo, la contaminación por el exceso de iluminación pasa desapercibida, y el mayor obstáculo para corregirla es que se asocia con algo positivo, como una imagen de bienestar y progreso.

En los últimos años se están sustituyendo luminarias públicas por otras de menor consumo para ahorrar en la factura de la luz (casi el 100% son LED), pero no se está reduciendo la contaminación lumínica, sino todo lo contrario:

·     Con el pretendido ahorro que se puede obtener, se ponen más luminarias de las necesarias. El ahorro desaparece.

·    Los LED suelen ser de luz blanca fría que tiene una alta componente de luz azul que, como veremos, es la luz que más contaminación produce.

Este es el espectro luminoso de un led de luz blanca fría; al ojo le da una sensación de blanco, pero tiene una gran cantidad de luz azul.


 

lunes, 2 de mayo de 2022

Quiero sentir el Universo sobre mí (Amaral)

Con este título iniciamos una serie de entradas en relación con la contaminación lumínica, una forma de contaminación de energía electromagnética, camuflada de buenas intenciones y con repercusión a grandes distancias.

Pensamos que la afectación a la oscuridad de la noche es solo un problema para los astrónomos pero, con el abuso de la iluminación, perdemos mucho más que la visión del cielo nocturno, como veremos a lo largo de esta serie... 

La iluminación nocturna es un gran invento del ser humano, pero tenemos que saber utilizarla adecuadamente para que no nos cause problemas.

Cada vez es más difícil observar el cielo nocturno… Sentir el universo sobre nosotros.

Una buena parte de los habitantes de los países desarrollados vivimos bajo cielos nocturnos muy iluminados. Prácticamente solo se ven las estrellas más brillantes, y en las ciudades solo se pueden ver los planetas. La iluminación nocturna sigue aumentando a un ritmo acelerado.

Este mapa de la Península Ibérica muestra la intensidad de la luz nocturna que se ve desde la Estación Espacial Internacional. Es luz emitida hacia el cielo que en su mayor parte no se ha utilizado; se ha gastado energía y dinero sin provecho alguno, y se ha enturbiado la visión del cielo.

El cielo estrellado es un paisaje natural que no se debe de ocultar porque es parte de nuestro patrimonio al que tenemos derecho.

Su observación es el origen de una gran parte de la cultura; no solo de la ciencia, sino de la filosofía y del arte, además de ser un importante motor de nuestra imaginación y de nuestros sueños.

Viendo el cielo nocturno nos damos cuenta de que pertenecemos a ese Universo, y también de que alguien, en este vasto e inhóspito Universo, piensa y tiene conciencia de sí mismo.